viernes, 28 de agosto de 2020

En Jerez no olvidamos a quienes lucharon por la libertad.

En el cuadrante superior izquierdo de esta fotografía (de sobre el año 1952) publicada en el Diario de Jerez de 2 de marzo de 1994 se observa la fisonomía del antiguo cementerio de Jerez con, al fondo, el llamado "tercer patio" o "patio de ampliación". Según fuentes orales y algunos documentos conservados en el Archivo Municipal de Jerez fue en este tercer patio, donde se ve un gran árbol justo en su centro, donde estaban las fosas en las que se sepultaron los asesinados por los golpistas sublevados en julio de 1936 contra la II República.

                         https://www.lavozdelsur.es/en-una-fosa-muy-cercana-al-arbol-grande/

Seguimos esperando pacientemente a que el Ayuntamiento de Jerez culmine ya los trámites necesarios para, con el aporte económico de la Diputación y la coordinación de la asociación de familiares de víctimas del franquismo de Jerez, comiencen de una vez los trabajos prospectivos de la zona para determinar lo que desde hace tanto tiempo queremos saber: si en las zonas señaladas se conservan o no restos de las personas que los militares golpistas asesinaron.

El objetivo ético y político de estos trabajos prospectivos es de gran importancia, pues se trata de honrar a quienes dieron su vida por la libertad (es decir, se la quitaron violentamente) y de depositar sus restos en sepulturas dignas. La democracia en Jerez no será real si no se hace esto a la mayor brevedad.

Si damos con los restos mortales de aquellas personas como si no, no puede tardar mucho más que en Jerez se haga un gran memorial a estas víctimas de la dictadura franquista. Porque no es que sea de justicia hacerlo, que lo es, sino que, no lo olvidemos, esta democracia es posible hoy, de algún modo, gracias a aquellos que entonces lucharon por la libertad frente al fascismo. No podemos olvidarlos porque les debemos la libertad.



miércoles, 26 de agosto de 2020

La familia jerezana Retamero-De la Rosa, ejemplo de dignidad humana y política.


En esta reciente, emotiva e interesante entrevista del periodista Paco Sánchez Múgica (Dr. de La Voz del Sur) recordamos la historia de la familia jerezana Retamero-De la Rosa, fuertemente represaliada por el régimen franquista: https://www.lavozdelsur.es/paco-de-la-rosa-el-flamenco-como-salvoconducto-me-permitio-querer-a-jerez/

-El concejal socialista Francisco Retamero Rodríguez tiene dedicada una calle en Jerez (año 2005) junto a la residencia de ancianos La Marquesa, en la avenida de Arcos:

-Recordemos: "El Ministerio de Justicia ha acordado sendos expedientes de Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal a favor de los jerezanos Francisco Retamero Rodríguez y de su yerno José de la Rosa de los Ríos, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica": https://www.lavozdigital.es/cadiz/20100212/local/jerez/justicia-acuerda-sendas-declaraciones-201002121623.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

-En memoria de María Retamero Fernández: http://www.todoslosnombres.org/content/noticias/jerez-recuerda-la-memoria-maria-retamero-fernandez-huerfana-victima-del-golpismo

-En memoria de Francisco Retamero Rodríguez: https://www.foroporlamemoria.info/documentos/2005/retamero_15052005.htm y http://asesoriavictimasfranquismojerez.blogspot.com/2017/08/en-recuerdo-de-francisco-retamero.html

Agosto sangriento: no solo Blas Infante o García Lorca.

por José García Cabrera (del Grupo de Memorialistas de Jerez)


   La Guerra Civil, la posguerra y sus protagonistas no son nada más que “pura arqueología, restos de un pasado que hay que traspasar a toda prisa”. Estas palabras iniciales no son mías, claro está. Quien así se expresaba en la década de los 80 era Alfonso Guerra, aunque a juzgar por lo acontecido desde entonces hasta hoy mismo resulta que muchos más compartían y siguen compartiendo esa idea. Estas palabras del ex líder socialista, asumidas, como decimos, por mucha más gente representan una depurada destilación de la política de desmemoria practicada por el PSOE de aquellos años y que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a este país. Hoy desde estas páginas queremos recordar, una vez más, a esos “restos arqueológicos” para los cuales, según parece, no bastaba solo con que estuvieran ya sepultados en lugares desconocidos sino que se pretendía además “enterrarlos” para siempre en el basurero de la Historia. Vano empeño, como vemos. 

   A lo largo de este mes de agosto, como todos los años por esta misma fecha, se han recordado públicamente los asesinatos a manos de los militares sublevados en julio de 1936 de algunas personalidades andaluzas conocidas, como son los casos de Blas Infante o del poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca. En este último caso no ha querido faltar a la cita ni el propio presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, quien después de reducir drásticamente los fondos destinados a Memoria Histórica se ha querido acordar de una de esas miles de víctimas que aún permanecen tiradas y ocultas en las tierras de nuestra comunidad autónoma (https://www.lavozdelsur.es/moreno-recuerda-a-lorca-en-el-aniversario-de-su-asesinato-tras-recortar-un-tercio-los-fondos-para-memoria/)

   En estos días, en Jerez se ha recordado también el asesinato, el 19 de agosto de 1936, de un honrado campesino al que la ciudad debe más de lo que piensa, aunque la mayoría no conozca nada de su rica e interesante biografía y se volvía a pedir, una vez más, a nuestro “sordo” Ayuntamiento que se rotule con el nombre del líder campesino anarquista Sebastián Oliva Jiménez una de sus calles (https://www.lavozdelsur.es/para-cuando-la-calle-para-sebastian-oliva/). No debe extrañar este  ejercicio recordatorio durante este mes pues dentro del ciclo represivo iniciado a raíz del golpe de Estado el mes de agosto alcanzó en todos los lugares de Andalucía una intensidad realmente escalofriante.  

   Queremos decir al presidente Moreno Bonilla que su recordatorio en la fecha del asesinato de Lorca no es sincero, no es creíble, un simple ejercicio de cinismo interesado. Queremos recordarle que en agosto de 1936 fueron miles las víctimas de la violencia fascista en todos los pueblos y ciudades andaluces. Las manifestaciones deben venir acompañadas de hechos ¿Qué valor podemos conceder a esas palabras del presidente en la fecha del asesinato de Lorca cuando, por otro lado, su gobierno deja prácticamente sin contenido a la política de Memoria Histórica al privarla de los necesarios fondos para la localización de los restos de personas fusiladas en Andalucía, como los del propio poeta? 

   Si hablamos de Jerez, agosto de 1936 fue, como en tantos lugares, un mes sangriento. Hablemos, pues, un poco de Jerez, del sangriento mes de agosto de 1936 en la ciudad y de las víctimas a las que no recuerda y a las que no menciona el presidente. Podemos entender el motivo: si llegado el mes de agosto de cada año (confiamos en que no  tenga que hacerlo durante mucho tiempo) Moreno Bonilla recordara a esa miles de víctimas, no solo a García Lorca y Blas Infante, el peso de la enormidad de la matanza se haría demasiado evidente y representaría una fuerte condena al franquismo y a su ilegitimidad de origen, una condena que el PP solo hizo en su momento a regañadientes, empujado por las demás fuerzas políticas y con la boca chica. 

   Ya adelantamos que los nombres de esas víctimas de Jerez no le resultarán, obviamente, conocidos, pero podemos asegurarle que sus vidas aún son recordadas por los familiares que les han sobrevivido, unos familiares que aún albergan la esperanza de ver el día en que puedan enterrar humanamente sus restos, a pesar de que reconocen las dificultades de hacer realidad esta aspiración y los obstáculos que desde el Gobierno andaluz del PP, Ciudadanos y Vox se ponen para que ello no sea posible. 

   Desde los primeros momentos del golpe de Estado en la ciudad se vio clara la dureza vengativa del plan de exterminio que los militares sublevados habían preparado para eliminar a todas aquellas personas relacionadas con la experiencia política republicana. Bien pronto la aterrorizada población de Jerez pudo comprobar cómo todo el término municipal se iba convirtiendo en un mosaico de parajes de fusilamientos. Empezaron a aparecer los primeros cadáveres, insepultos, sin identificar, dejados a la vista para que sus muertes sirvieran de aviso y contribuyeran a atenazar y a paralizar por el miedo aún más a esa población. El último día del mes de julio 3 cadáveres sin identificar eran hallados en la Sierra de San Cristóbal. Al día siguiente, 1 de agosto, ingresaba en el cementerio de la ciudad el cadáver, en estado de putrefacción, de otro hombre sin identificar encontrado en la Trocha de Jerez a El Puerto. Y en los primeros días del mes de agosto el alcalde Bernabé Rico Cortés ordenaba  que se enviaran 9 ataúdes para otros tantos cuerpos que habían sido encontrados en el paraje de la laguna de Medina. Nadie preguntaba. La justicia civil, subordinada a los militares, no actuaba. Estos cuerpos, simplemente, eran inhumados en la fosa común por orden de la Comandancia Militar. No era necesario preguntar. 

   Según la investigación llevada a cabo por los investigadores Cristóbal Orellana González y José García Cabrera (La represión franquista en Jerez de la Frontera: censo de las víctimas y fuentes documentales para su identificaciónhttp://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2014/06/la-represion-franquista-en-jerez-censo.html), 346 personas, vecinos y vecinas de jerez, fueron asesinadas. De ellas, para el año 1936 se sabe la fecha exacta de su muerte en el caso de 170 personas. Pues bien, de esas 170 víctimas cuyas muertes se conocen con exactitud, 56 de ella fueron asesinadas a lo largo del mes de agosto. Este último dato significa, señor Moreno Morilla, que el 33% de las víctimas con fecha conocida de su muerte en Jerez tuvieron lugar en agosto. Además, a ellas habría que añadir también, como mínimo, las otras 10 víctimas sin identificar ya mencionadas más arriba. De modo que, como cifra muy a la baja, fueron 66 las víctimas jerezanas asesinadas en agosto y en este caso el porcentaje respecto a las 170 víctimas con fecha de muerte conocida sería cerca del 39%, o lo que es lo mismo, el 19% del total de vecinos y vecinas de Jerez víctimas de la represión que recogen los investigadores antes citados.

   Hallado el cadáver de Luis Ortega Bartolomé en las cercanías del rancho El Pescadero, en la Trocha de Jerez a El Puerto. AMJF (Archivo Municipal de Jerez de la Frontera, Protocolo Municipal, tomo 612, Cementerio, 1936.

   Tres personas sin identificar son halladas muertas en la Sierra de San Cristóbal. AMJF, Protocolo Municipal, tomo 612, Cementerio, 1936

   El responsable máximo de la represión en Jerez, comandante Salvador Arizón Mejias, autoriza la inhumación de un cadáver sin identificar hallado tirado en el campo. AMJF, Protocolo Municipal, tomo 612, cementerio, 1936.

   Se envían 9 ataúdes para 9 personas fusiladas en el paraje de la Laguna de Medina. AMJF, Protocolo Municipal, tomo 612, Cementerio, 1936.

   Señor Moreno Bonilla, tenga en cuenta, si es que el próximo año de nuevo piensa acordarse de García Lorca en la fecha de su asesinato, que las personas vecinas de Jerez que se relacionan a continuación  fueron también  fusiladas en agosto de 1936, junto a otras miles  que lo fueron en toda la geografía andaluza.  

   La relación que sigue ya fue publicada en el trabajo de investigación de Cristóbal Orellana y José García Cabrera que figuraba incluido en un libro sobre la represión en la provincia de Cádiz editado por la Diputación Provincial. No obstante, volvemos a recogerla ahora en estas páginas, pensando sobre todo en nuestro presidente Moreno Bonilla. Estos son sus nombres. Aún no sabemos dónde están sus restos para que sus familiares puedan darle digna sepultura: 



   Fco. Acosta Gaitero, asesinado el 10 de agosto, en la Trocha de El Puerto, empleado municipal; Fco. Álvarez Prieto, asesinado el 23 de agosto; José Arantave Ortegón, asesinado el 13 de agosto en la Trocha de Jerez a El Puerto, albañil, CNT; Teófilo Azabal Molina, asesinado el 29 de agosto, en la Puerta de Rota, maestro, socialista; Juan Bermejo Sierra, asesinado el 19 de agosto; José Bernal Ramos, asesinado el 19 de agosto; José Bocanegra Barea, asesinado el 9 de agosto en la Puerta de Rota; Juan Bozanes del Río, asesinado el 3 de agosto, trabajador de bodega; José Castellano González, asesinado el 27 de agosto;  Juan Antonio Cordero García, asesinado el 18 de agosto en la Trocha, agricultor; José Cortijo Carretero, asesinado el 15 de agosto; Bartolomé Cotrino Salas, asesinado el 11 de agosto, arrumbador, CNT; José Couto Gómez, asesinado el 19 de agosto, albañil, CNT; Pedro Creus Saborido, asesinado el 8 de agosto, tonelero; Eduardo Díaz Martínez, asesinado el 10 de agosto, empleado de banca, concejal por Izquierda Republicana, masón; Juan Domínguez Bustillo, asesinado el 14 de agosto, en la Trocha, faenero; Rafael Domínguez Jiménez, asesinado el 4 de agosto, en el Alcázar; Manuel Domínguez Márquez, asesinado el 31 de agosto; Fco. Enríquez Bernal, asesinado en agosto, en la Trocha;  José Fernández Acosta, asesinado el 3 de agosto, viticultor; José Fernández Pérez, asesinado el 18 de agosto, en San José del Valle; Rafael Fernández Romero, asesinado el 14 de agosto por orden directa del comandante militar Salvador Arizón, empedrador municipal;  José García Candón, asesinado el 10 de Agosto junto a la plaza de toros; Antonio García Marina, asesinado el 9 de agosto, camionero; José Gómez Cantillón, asesinado el 3 de agosto, empleado municipal de Arbitrios, Izquierda Republicana, masón; Manuel Gómez Carrasco, asesinado el 15 de agosto en la Trocha, albañil; Diego Gómez Serrano, asesinado el 22 de agosto, capataz agrícola, concejal, Unión Republicana; Fco. Guerra Carrera, asesinado el 15 de agosto; Fernando Izquierdo González, asesinado el 10 de agosto, chófer, CNT,  masón; Domingo Lobato Gómez, asesinado el 8 de agosto en San José del Valle; José Márquez Oliva, asesinado en agosto, en Arcos de la Frontera, barbero; Pedro Márquez Puerto, asesinado en agosto, trabajador de compañía de electricidad; Fco. Molina Ruiz, asesinado el 12 de agosto; Lorenzo Montes Cerro, asesinado entre el 4 y 8 de agosto, en el Majuelo, tonelero; Antonio Morales Bernal, asesinado el 7 de agosto, de Torre Melgarejo; Manuel Moreno Durán, asesinado el 25 de agosto, sombrerero; Joaquín Morón Rodríguez, asesinado el 17 de agosto, en la Trocha; Sebastián Oliva Jiménez, asesinado el 19 de agosto, agricultor, CNT; Antonio Oliver Villanueva, asesinado el 24 de agosto, oficial de telégrafos, último alcalde republicano, Izquierda Republica; Rafael Orge Mejías, asesinado el 23 de agosto, pintor, concejal, Unión Republicana, masón; Luis Ortega Bartolomé, asesinado el 1 de agosto, en el rancho el Pescadero, en la Trocha; Juan Padilla Martín, asesinado el 28 de agosto; Manuel Parra Rodríguez, asesinado el 18 de agosto, metalúrgico; Antonio Pazos Benítez, asesinado en agosto, en Medina Sidonia, agricultor, de San José del Valle; Manuel Pérez Fernández, asesinado el 19 de agosto, tonelero; Juan Piñero López, asesinado el 20 de agosto, jornalero; Juan Ramírez Perales, asesinado en agosto, ferroviario; Salvador Romero Rasero, asesinado el 14 de agosto por orden directa del comandante militar Salvador Arizón, practicante de la Asistencia Municipal Domiciliaria; Fco. Retamero Rodríguez, asesinado en agosto, empleado de banca, UGT y PSOE; José Luis Rodríguez Valenzuela, asesinado el 27 de agosto; Manuel Ruiz Linares, asesinado el 30-31 de agosto; Manuel Salado González, asesinado el 30 de agosto en el Picadero de Domecq; Antonio Salas Jarén, asesinado el 15 de agosto, en la cuesta de la Chaparra; Pedro Soto Delgado, asesinado el 3 de agosto en San José del Valle; Manuel Suárez Moreno, asesinado en agosto, en Torre Melgarejo; Juan Taboada Jiménez; asesinado el 24 de agosto, concejal, Unión Republicana. Todos ellos también fueron fusilados en Jerez durante el trágico mes de agosto de 1936, presidente Moreno Bonilla. 

Sabemos que su gobierno seguirá sin hacer nada por estas víctimas y la Memoria Histórica, excepto ponerle trabas y obviarla por la vía de los hechos. Pues, al menos, ahórrenos sus gestos de impostura de cada mes de agosto.

jueves, 13 de agosto de 2020

Datos sobre el cementerio de Santo Domingo de Jerez (1936).

(Memorial a las víctimas del franquismo levantado por el ayuntamiento de Castuera (Badajoz) en 2017)

Gracias a la constancia reivindicativa de los familiares de víctimas del franquismo en Jerez y gracias al Grupo de Memorialistas, que ha aportado noticias, copias de documentos históricos, testimonios orales e investigación, va a procederse en breve al inicio de una segunda fase de prospecciones arqueológicas en varios sectores del antiguo cementerio de Santo Domingo para intentar localizar restos de los alrededor de 400 asesinados, documentados, que los golpistas del 36 enterraron en sus fosas. Hay que agradecer a la Diputación de Cádiz su apoyo económico y su respaldo institucional decidido para que vaya a ser posible esta segunda fase de las prospecciones que, al igual que la primera, llevará a cabo el arqueólogo Jorge Cepillo. En definitiva, una nueva oportunidad para llevar a cabo lo que es de justicia y los políticos de la modélica Transición no quisieron hacer: hallar los restos óseos de aquellas 400 personas y darles una sepultura digna y el homenaje democrático que se merecen. Verdad, justicia, reparación.

Lo correcto sería denominar a ese Parque no como ahora “Parque Scout”, nombre este que puede ser trasladado a cualquier otra plaza, sino por ejemplo “Parque Víctimas del franquismo en Jerez”. Sería una forma de recordar a quienes lucharon por la libertad y la democracia (varios cientos de jerezanos masacrados por los militares y bandas fascistas a las órdenes del comandante Salvador Arizón). Por supuesto, la calle José Cádiz Salvatierra, que actualmente va de la calle Santo Domingo a la rotonda de Juan Holgado atravesando todo el antiguo solar del cementerio, debería ser igualmente cambiada de nombre porque ese profesor de instituto, como muchos saben en Jerez, defendió la ideología franquista contra viento y marea (http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2020/03/jose-cadiz-salvatierra-un-educado.html).

En el “Proyecto de monda, demolición, adecentamiento y pavimentación del antiguo cementerio de Santo Domingo” (AMJF, Legº 5369), firmado por los arquitectos José J. Ferrari y José A. Laguillo en 1973, se habla, literalmente, de “desmonte de las fosas comunes con su correspondiente separación de huesos y traslado al nuevo cementerio; relleno de las fosas y nivelación del terreno”, de “demolición total del cementerio, incluso rebajes de tierras necesarias para igualar rasantes y transporte de escombros a vertederos autorizados”, y de “excavación, cribado para separar restos de tierra y tapado de fosas… m3 de carga y transporte de restos al cementerio de Ntra Sra. de la Merced… limpieza de terreno y refino del mismo”, todo ello por un importe de 3.224.144 pts. Y un plazo de tres meses. En el proyecto, en el apartado de movimiento de tierras, encontramos los siguientes datos:


Aunque no sabemos exactamente lo que ocurrió, es decir, no podemos saber qué se hizo realmente en la zona a la hora de extraer restos y llevarlos hasta el cementerio de la Merced, o dicho de otra manera, ¿hasta qué cota real se desmontaron las fosas y qué fosas?.

En el Archivo Municipal conservamos una fotocopia de un  plano de noviembre de 1914, realizado por el arquitecto municipal Rafael Esteve, del llamado “tercer patio” o “patio de ampliación” del cementerio de Santo Domingo, al final del patio antiguo y al final del patio protestante. Esta zona del cementerio es la que está actualmente situada en la parte de las torres de Córdoba y cercanías a la rotonda de Juan Holgado. En la fotocopia, por distintas manos, se fueron anotando trazados, numeraciones y otros pequeños datos que desvelan la evolución de dicho tercer patio entre 1914 y al menos hasta los años 40, datos que se refieren sobre todo al uso y colmatación de fosas. Observándolo bien, tendríamos que las fosas nº 15, 16, 17 y 18, podrían ser las últimas en rellenarse. Esto vendría a coincidir con otros tres expedientes de excavación de fosas (de unos 15X15X5) de las décadas de los años 20 y 30.

A través de planos y fotografías sabemos que las fosas nº 15 y 16, que estarían hoy situadas más o menos al pie de las grandes torres de Córdoba, eran las que estaban más cercanas a un gran árbol que se emplazaba justo en el medio del mencionado tercer patio; y a través de los testimonios de familiares de víctimas sabemos también que algunos de los cuerpos de los asesinados fueron enterrados “en una fosa muy cercana al árbol grande”, es decir, o en la 15 (la más cercana al árbol) o en la 16.

Entonces, tendríamos, según esta fotografía de sobre el año 1950 ó 1952, esta disposición de los tres patios del cementerio de Santo Domingo de Jerez:

Si trasladáramos el antiguo solar del cementerio de Santo Domingo a la situación urbanística actual del entorno de la calle José Cádiz Salvatierra nos encontraríamos aproximadamente con esto:


Con lo que es muy fácil advertir que el tercer patio, donde probablemente se produjeron la mayoría de los enterramientos de los fusilados porque las fosas activas en el 36 estaban situadas allí, fue fuertemente urbanizado a partir de los años 80. Aunque no con exactitud todo el perímetro de todas las fosas… es decir, cabe la posibilidad de que en la parte de las fosas donde no se edificó queden aún restos de los fusilados. Por tanto, las dificultades son grandes y las posibilidades son limitadas, pero están ahí esperando a que se lleve a cabo lo que es de justicia que se realice sin más tardanza tras años de ignominioso olvido e incuria absoluta de la administración pública.

Reyes Mate, un especialista en memoria histórica nos dice: “El deber de memoria nace de Auschwitz porque aquello fue pensado como un proyecto de olvido. No debía quedar ningún resto físico del pueblo judío para que se olvidara su contribución metafísica a la historia de la especie. El proyecto tuvo lugar, por eso hablamos de crimen contra la humanidad, pero no se consumó porque Hitler fue vencido y eso nos obliga a recordarle. Honrar la memoria de Auschwitz es entender el alcance del deber de memoria”. Pues que no se nos olvide que en Jerez tenemos un Auschwitz, y que puede seguir ahí en el subsuelo de ese triste cementerio pero que por fin vamos a poder explorar. Otra cosa será que el ayuntamiento de Jerez, en este siglo, erija o no un digno memorial a las víctimas de una de las más sanguinarias dictaduras de Europa, porque lo mismo aquellos 400 (o quizás 600 o más) jerezanos y jerezanas se lo merecen. Memoria sí, olvido no, señora alcaldesa.