¿Sería mucho pedir que el Ayuntamiento de la ciudad colocara en algún lugar de sus alrededores un sencillo elemento físico que recordara la identidad y las circunstancias de los asesinatos de estas víctimas?
Grupo de Memorialistas de Jerez de la Frontera
Al acabar la Guerra Civil fue tal la masa de detenidos y detenidas que los vencedores debieron habilitar de manera urgente y provisional una muy variada tipología de edificios e instalaciones que sirvieran como campos de concentración y lugares de detención y de clasificación de estos prisioneros. Entre ellos también cumplieron esta función carcelaria las plazas de toros. Por citar algunos ejemplos se sabe que funcionaron como tales las de Zaragoza, Valencia, las Ventas en Madrid, la de Albacete o la de Baeza en Andalucía. En algunos casos, por su apartada ubicación de los zonas pobladas, las explanadas de acceso y los alrededores inmediatos de estos cosos taurinos fueron elegidos además por los militares rebeldes sublevados como lugares para acabar con la vida de los vencidos mediante el fusilamiento.
Este fue el caso de la Plaza de Toros de Jerez la cual reunía para su elección como lugar de fusilamiento, además de su apartamiento, la «práctica ventaja» de hallarse a solo unos pocos pasos de distancia del antiguo cementerio de Santo Domingo y de su llamado Patio de Ampliación, espacio donde se hallaban excavadas algunas de las fosas comunes en las que eran arrojados los cuerpos sin vida de los fusilados después de ser pasados por las armas.
Vista de los alrededores de la Plaza de Toros de Jerez
Durante los años de la Guerra Civil -a partir de 1937 sobre todo- y la inmediata posguerra Jerez jugó un activo papel en el entramado represivo puesto en marcha por la jurisdicción militar franquista con el objetivo de continuar por otros medios el plan de exterminio iniciado ya desde de julio de 1936 con la aplicación de los bandos de guerra y ahora, a partir de 1937, con los procesos sumarísimos de urgencia que llevaron a miles de personas frente a un pelotón de fusilamiento y a esas fosas comunes. Este papel ya fue señalado hace unos años por el investigador Fernando Romero Romero en su trabajo “Justicia militar: el nudo represivo entre Jerez y la Sierra de Cádiz” (Ubi Sunt? nº 27, 2012, pp. 116-128)
Entre los años 1937 y 1941 nuestra ciudad fue el lugar elegido para la ejecución de 39 condenas a muerte impuestas por tribunales militares franquistas, 37 de ellas por fusilamiento y dos por garrote vil, estas dos últimas ejecutadas en la cárcel de partido en las personas del vecino de Montecorto Antonio Lirio León, el 20-6-1938, y de José Tornay Orellana, vecino de Alcalá del Valle, el uno de agosto del mismo año. (1)
En la explanada y alrededores de la plaza de toros de la ciudad próximos a las tapias del antiguo cementerio de Santo Domingo se fusiló a 31 hombres vecinos de pueblos de la serranía gaditana (19 de ellos de la localidad de Setenil de las Bodegas), además de 6 vecinos de otras poblaciones de la provincia gaditana, entre ellas Jerez, San José del Valle, Los Barrios, Jimena de la Frontera o Sanlúcar de Barrameda.
Una vez vistas y sentenciadas sus causas, estas personas fueron trasladadas hasta la cárcel de Jerez, en la calle Belén, desde sus respectivas poblaciones de origen y lugares donde se celebraron los consejos de guerra, en espera de la orden de ejecución de la pena de muerte a la que habían sido condenados por tribunales pertenecientes al Consejo de Guerra Permanente de Cádiz que actuaron en poblaciones de la serranía gaditana o en la propia ciudad de Jerez.
A final de 1940 en esta prisión de la ciudad se amontonaban cerca de 600 detenidos, en unas instalaciones con capacidad para albergar a poco más de cien reclusos. Una parte considerable de ellos eran, efectivamente, detenidos a disposición de la Auditoría de Guerra en espera del inicio de algún procedimiento o diligencia judicial o, como en el caso que nos ocupa, en espera de la ejecución de la pena de muerte a la que habían sido ya sentenciados, como se ha dicho. Las pésimas condiciones higiénico-sanitarias de sus instalaciones, la falta de salubridad y el hacinamiento en que convivían estos reclusos, denunciadas por el propio médico de la prisión Sebastián Guerrero, fueron las causas de que en mayo de 1940 se declarara en ellas un brote de tifus exantemático con casi 90 infectados.
Como se ha señalado ya, casi cuarenta de esos detenidos sentenciados ya de manera firme a muerte fueron pasados por las armas junto a la plaza de toros. A continuación recogemos sus nombres, procedencia y algunos detalles biográficos:
FUSILADOS EN 1937
1. Fco. Pérez Barranco, natural de Cortes de la Fra., vecino de Jerez, 20 años, soltero, fusilado el 18-5-1937. 2. Fco. Menacho Jiménez, de Jerez, 26 años, jornalero, fusilado el 18-5-1937. 3. Domingo Rodríguez Suárez, natural de San José del Valle, soltero, jornalero, fusilado el 2-7-1937. 4. Fco. Ramos Montero, natural y vecino de Setenil, 19 años, fusilado el 15-7-1937 5. Juan Gómez Benítez, natural y vecino de Setenil, 38 años, fusilado el 17-7-1937. 6. José Domínguez Porras (¿Porrúa), natural y vecino de Setenil, 26 años, fusilado el 16-7-1937. 7. Esteban Bastida Durán, natural de Algodonales y vecino de Setenil, fusilado el 16-7-1937. 8. Juan Galán Bastida, natural y vecino de Setenil, 38 años, fusilado el 30-7-1937. 9. Benito Morales Linares, natural y vecino de Setenil, 48 años, soltero, fusilado el 5-10-1937. 10. Fco. Moreno Calvente, natural y vecino de Setenil, 37 años, casado, fusilado el 5-10-1937. 11. Juan Martín Beltrán, naral y vecino de Setenil, 35 años, casado, fusilado el 5-10-1937. 12. José Camacho Gil, natural y vecino de Setenil, 19 años, soltero, fusilado el 5-10-1937. 13. Fco. Gómez Aguilar, natural y vecino de Setenil, 49 años, casado.
FUSILADOS EN 1938
1. Antonio Sánchez García, natural y vecino de Alcalá del Valle, 27 años, jornalero, casado, fusilado el 28-3-1938. 2. Antonio Aguilera Benítez, natural y vecino de Setenil, 37 años, casado, fusilado el 7-12-1938. 3. Juan Domínguez Moreno, natural y vecino de Setenil, 30 años, casado, jornalero, fusilado el 7-12-1938. 4. Cristóbal Gutiérrez Romero, natural y vecino de Setenil, 30 años, jornalero, fusilado el 7-12-1938. 5. Bartolomé Gallego Rodríguez, natural y vecino de Setenil, 39 años, casado labrador, fusilado el 7-12-1938. 6. Joaquín Camacho Peña, natural y vecino de Setenil, 35 años, casado, jornalero, fusilado el 7-12-1938. 7. Sebastián Domínguez Morilla, natural y vecino de Setenil, 42 años, casado, jornalero, fusilado el 7-12-1938. 8. Salvador García Martín, natural y vecino de Setenil, 31 años, casado, jornalero, fusilado el 7-12-1938.
FUSILADOS EN 1940
1. Antonio Ortega Vázquez, natural de Jimena de la Frontera y vecino de Cortes de la Frontera, 24 años, soltero, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 2. José Atienza Corrales, natural y vecino de Arcos de la Frontera, 39 años, casado, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 3. Diego Zapata Belón, natural y vecino de Villaluenga del Rosario, 43 años, casado, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 4. Andrés Villalobos Rincón, natural y vecino de Grazalema, 52 años, soltero, carbonero, fusilado el 14-8-1940. 5. Pedro Borrego García, natural y vecino de Grazalema, 32 años, casado, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 6. Juan Organvides García, natural de Montejaque y vecino de Villaluenga del Rosario, soltero, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 7. Fco. Organvides García, natural de Montejaque y vecino de Villaluenga del Rosario, 25 años, soltero, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 8. Andrés Bazán Jiménez, natural de Prado del Rey y vecino de Algar, 27 años, soltero, jornalero, fusilado el 14-8-1940. 9. Juan Cabrera Ortega, natural y vecino de Olvera, 35 años, casado, fusilado el 14-8-1940. 10. Andrés Cobos González, natural y vecino de Los Barrios, 47 años, casado, arriero, fusilado el 20-11-1940. 11. Manuel Guerrero Ruiz, natural y vecino de Ubrique, casado, labrador, fusilado el 2-11-1940. 12. Rafael García Muñoz, natural y vecino de Sanlúcar de Barrameda, 44 años, casado, jornalero, fusilado el 20-11-1940.
FUSILADOS EN 1941
1. José Guerra Vílchez, natural y vecino de Torre Alháquime, soltero labrador, fusilado el 9-1-1941. 2. José Bocanegra Cabrera, natural y vecino de Grazalema, 30 años, casado, jornalero, fusilado el 9-1-1941. 3. Andrés Redondo Lago, natural y vecino de Fadrique, fusilado el 9-1-1941. 4. Eduardo Camacho Ruiz, natural y vecino de Setenil, 57 años, fusilado 9-1-1941
En la inmensa mayoría de los casos se trata de trabajadores del campo o dedicados a otras actividades también relacionadas con la agricultura. De la totalidad de los 37 fusilados 20 de ellos, más de la mitad, lo fueron en 3 grupos: el año 1938 se cerraba con el fusilamiento, el día siete de diciembre, de 7 vecinos de la misma población, de Setenil de las Bodegas. Especialmente cruento fue el amanecer del día 14 de agosto de 1940 año en que fueron pasados por las armas en grupo, a las 6:30 de la mañana, 9 vecinos de Cortes de la Frontera, Arcos de la Frontera, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Prado del Rey, Olvera, Los Barrios y Sanlúcar de Barrameda. El año 1941 se iniciaba asimismo con el fusilamiento de un nuevo grupo de cuatro vecinos de poblaciones cercanas a Jerez.
El exterminio de los vencidos seguía imparable su curso bajo el principio de la “justicia al revés” por el cual los verdaderos rebeldes, los militares sublevados con contra la República, acusaban de “rebeldes” a los vencidos por oponérseles y los exterminaban valiéndose de la pantomima de la llamada “justicia” militar.
En el siguiente oficio el juez titular del Juzgado Militar Eventual de Jerez, José Pérez de las Heras, comunica alcalde que diera las órdenes oportunas y enviara cuatro ataúdes a los alrededores de la Plaza de Toros para los reos que iban a ser fusilados el 9 de enero de 1941 a las 7:30 de la mañana. (2)
Si el Ayuntamiento de Jerez mostrara alguna voluntad para acometer lo que se pide al principio de este escrito, este Grupo de Memorialistas de Jerez muestra su disposición a colaborar en la iniciativa proporcionando aquellas referencias documentales que resultaran precisas para ello. Igualmente, piensa este Grupo que si se accediera a ello por parte de la corporación municipal, el Ayuntamiento podría contactar con algunos de los ayuntamientos de las poblaciones de origen de las personas fusiladas que se mencionan en el escrito para que conozcan la iniciativa, participen en la misma, si lo desean, y estuvieran presentes en la fecha elegida para la inauguración de ese sencillo recordatorio que desde Jerez se haría a estas personas. Ya que desgraciadamente sus restos, por la voluntad de los herederos de sus propios verdugos, parece ser que no van a poder ser recuperados, al menos, que sus nombres sean recordados en ese lugar de la ciudad.
NOTAS
(1) La información sobre los fusilamientos de estas personas y las fechas, así como los datos biográficos sobre las mismas proceden de la investigación llevada cabo en el año 2009 en el Registro Civil de Jerez de la Frontera por los investigadores miembros del Grupo de Memorialistas de Jerez Cristóbal Orellana González y José García Cabrera.
(2) La información sobre el hacinamiento y el brote de tifus exantemático del año 1940 en la prisión de partido de la ciudad del año, así como el oficio del mismo año que se reproduce en el texto proceden del Archivo Municipal de Jerez de la Frontera.